Pero a pesar de estas medidas, la conciliación laboral con la vida personal, no será posible sin un cambio de mentalidad por parte de la sociedad. A veces estamos tan inmersos en nuestros trabajos que incluso cuando no estamos en nuestro puesto laboral, parece que nuestra cabeza sigue allí. Y lo que conseguimos con esto, es que nuestra vida personal se vea afectada, y esto también acabará repercutiendo en el trabajo, llegando así a un desequilibrio entre lo personal y lo laboral.
Sabemos que conciliar trabajo y vida personal no es tarea fácil, pero aquí os dejamos unas pautas a seguir, que seguro que os ayudarán:
Optimiza tu tiempo
Dedica al menos 15 minutos al comienzo de tu jornada laboral para organizar las tareas del día. Elabora un listado y prioriza las cosas urgentes frente a las que no lo son tanto. Así conseguirás ser más efectivo y esto reducirá la ansiedad.
Haz pequeñas pausas
Es recomendable realizar pequeñas pausas a lo largo de la jornada laboral. Aprovéchalas para relacionarte con tus compañeros, estirar las piernas o tomar un poco el aire. Esto hará que cuando retomes tus tareas, aumente tu productividad.
No culpes a los demás de tus problemas
A veces tendemos a culpar a los demás cuando las cosas se complican. A nuestros compañeros de trabajo, a los clientes, a la situación económica, a la pareja... En ocasiones es difícil determinar quién es el culpable, pero echando balones fuera no conseguiremos arreglar nada. Asume los hechos, busca soluciones y toma las riendas de tu vida.
Tu escala de valores
Es importante tener definida tu propia escala de valores para poder jerarquizar qué cosas son importantes en la vida de cada uno. Esto nos permite distribuir nuestro tiempo en las diferentes facetas de nuestro día a día y nos facilita la toma de decisiones. Todo cuenta: el trabajo, la familia, las aficiones, los intereses...
Disfruta de tu tiempo libre
Toma consciencia de tu tiempo libre y saborealo. No permitas que tu mente esté dándole vueltas a asuntos del trabajo mientras intestas disfrutar de aquellas actividades que te hacen sentir bien. Desconectar es vital, para poder volver con las pilas cargadas.
Debemos asumir que nadie es perfecto y que todos podemos equivocarnos. Así que, aprende a organizarte y no te sientas culpable si no llegas a todo. ¡Nadie es perfecto!